viernes, 27 de septiembre de 2013

El más autoritario

El hijo de empresario, el actual jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires Mauricio Macri, dijo que este gobierno, el nacional, con Cristina Kirchner como presidenta, es el más autoritario de los últimos 50 años. ¡Vaya paradoja!  Porque, al vomitar tal frase, no hace más que mostrar su propio autoritarismo. Porque es él quien atropella a la historia, es él quien avasalla a la política, es él quien no tiene el más mínimo reparo en pensar lo que dice. Si es así, si realmente le dedicó unos segundos (no pretendo más) al significado de su frase, le pediría que me diga entonces, qué es lo que piensa de los gobiernos  de Ongania, Levingston, Lanusse, Videla, Viola, Galtieri, Bignone o Duhalde.
Él, al ignorar, desconocer o negar a tantas víctimas asesinadas por tales gobiernos autoritarios, no hace más que volver a asesinarlas. Y desconocerlo no lo exculpa, porque es responsabilidad de toda persona que ocupa un cargo político, más aún con aspiraciones presidenciales, conocer la historia de su país.

Yo me pregunto: ¿Con qué derechos sale a decir cuanta estupidez se le cruce por la cabeza? Y la respuesta es obvia: con los mismos derechos que le garantizan que no será censurado, encerrado, torturado, o asesinado por este gobierno al que él, un procesado por asociación ilícita e interceptación de comunicaciones, califica de autoritario.

domingo, 16 de junio de 2013

Otra tragedia ferroviaria

Muchas son las investigaciones que se están haciendo, las que permitirán saber qué fue lo que ocurrió la mañana del pasado jueves en el trágico suceso que se cobró tres vidas y más de trescientas personas heridas. Habrá que esperar a que los especialistas hagan su trabajo para saber las verdaderas causas que produjeron el choque de trenes que mantiene consternada a nuestra sociedad. Hasta que eso no suceda, hablar de culpables sería apresurado.

De lo que sí podemos hablar es de aquellos que hablan sobre el tema, con una intencionalidad que va más allá de fines informativos.
En momentos como el que vivimos desde hace ya varios años, en esa lógica de costo/beneficio político con la que funcionan los medios de comunicación sin excelencia comunicativa, hay que saber diferenciar aquellos que intentan hacer "leña de árbol caído" de aquellos que sólo pretenden informar. Por ejemplo, el diario español El Mundo, en su edición digital publicó una nota titulada "Un accidente esperado"1. Tal titular, mal que me pese, no creo que esté alejado de la verdad. Ahora bien, ¿esperado por quién (o quiénes)?, ¿por aquellas personas que, como todas las mañanas, se tomaban dicho tren para ir a trabajar?, ¿por aquellas personas, civiles o especialistas, que se acercaron al lugar del hecho para ayudar?, ¿o por aquellos que ven esta tragedia como una prueba más de la incapacidad del gobierno nacional para solucionar los problemas de la gente?
Así como al ministro del Interior y Transporte le cuesta creer que lo sucedido haya sido intencional, a quien escribe, le cuesta imaginar, que haya gente que espere este tipo de noticias.

La responsabilidad del Estado en este hecho es incuestionable, y debe quedar a disposición de víctimas y familiares, tanto en la atención médica y psicológica, como en la averiguación de las causas del hecho, y la consecuente búsqueda de la justicia o reparación según corresponda. Pero además debe continuar y profundizar el proceso de recuperación del sistema ferroviario, el cual se intensificó sobre todo en el último año. Es un gran desafío, y altas las sumas de dinero, tiempo y recursos humanos que deben ser destinadas a dicha recuperación. Paralelamente, debemos tener bien claro que no existe una solución rápida (mágica) que revierta de un momento para otro, el vaciamiento y abandono que sufrieron los trenes en la Argentina durante años. Pretender eso sería, como mínimo, una ingenuidad.