El hijo de empresario, el actual jefe de gobierno de la
ciudad de Buenos Aires Mauricio Macri, dijo que este gobierno, el nacional, con
Cristina Kirchner como presidenta, es el más autoritario de los últimos 50
años. ¡Vaya paradoja! Porque, al vomitar
tal frase, no hace más que mostrar su propio autoritarismo. Porque es él quien atropella
a la historia, es él quien avasalla a la política, es él quien no tiene el más
mínimo reparo en pensar lo que dice. Si es así, si realmente le dedicó unos
segundos (no pretendo más) al significado de su frase, le pediría que me diga
entonces, qué es lo que piensa de los gobiernos
de Ongania, Levingston, Lanusse, Videla, Viola, Galtieri, Bignone o
Duhalde.
Él, al ignorar, desconocer o negar a tantas víctimas asesinadas por tales gobiernos autoritarios, no hace más que volver a asesinarlas. Y desconocerlo no lo exculpa, porque es responsabilidad de toda persona que ocupa un cargo político, más aún con aspiraciones presidenciales, conocer la historia de su país.
Yo me pregunto: ¿Con qué derechos sale a decir cuanta estupidez se le cruce por la cabeza? Y la respuesta es obvia: con los mismos derechos que le garantizan que no será censurado, encerrado, torturado, o asesinado por este gobierno al que él, un procesado por asociación ilícita e interceptación de comunicaciones, califica de autoritario.
Él, al ignorar, desconocer o negar a tantas víctimas asesinadas por tales gobiernos autoritarios, no hace más que volver a asesinarlas. Y desconocerlo no lo exculpa, porque es responsabilidad de toda persona que ocupa un cargo político, más aún con aspiraciones presidenciales, conocer la historia de su país.
Yo me pregunto: ¿Con qué derechos sale a decir cuanta estupidez se le cruce por la cabeza? Y la respuesta es obvia: con los mismos derechos que le garantizan que no será censurado, encerrado, torturado, o asesinado por este gobierno al que él, un procesado por asociación ilícita e interceptación de comunicaciones, califica de autoritario.