jueves, 28 de octubre de 2010

Gracias

A vos, que apareciste entre dudas e incertidumbres, y te pusiste al mando de un país inmerso, tal vez, en la más profunda crisis económica, social y política de nuestra historia.
A vos, que en esa constante lucha a favor de los Derechos Humanos, quitaste ese manto de impunidad que cubría a tantos merecedores de juicio y castigo, devolviéndonos paz y tranquilidad a madres y abuelas de plaza de mayo y a la sociedad entera.
A vos, que no aceptaste recibir, con alfombra roja y honores, a cuanto gurú económico del norte se presentara y aceptar sus recetas económicas, sino que impulsaste la creación de un proyecto nacional de inclusión social que se profundiza día a día.
A vos, que le dijiste No al imperialismo, a su propuesta libremercantilista, recuperando esa soberanía, faltante en décadas previas.
A vos, que creíste en esa unidad y hermandad latinoamericana, necesaria para la construcción de esa Patria Grande, bien soñada por Bolivar, San Martin y el Che, entre otros.
A vos, que nos hablaste en la calle, no desde la televisión, e hiciste que dejemos de ser simples espectadores para pasar a ser actores políticos.
A vos, que le devolviste el prestigio y la importancia a la política y a la militancia.
A vos, que te animaste a luchar, como muy pocos en Argentina, contra los grandes grupos económicos, incluso cuando algunos eran todavía desconocidos o ignorados por la gran mayoría.
A vos Néstor, simplemente gracias. Decirte que ya ocupás, junto al General y a Evita un lugar en el corazón de todos los trabajadores. Y Quedate tranquilo, fuerzas no van a faltar, al contrario, se incrementarán, porque, como dice la milonga, el que murió peleando, vive en cada compañero.